sábado, 7 de diciembre de 2013

Del “sueño americano” al sueño chino

En Junio de 1993, un viejo buque carguero llamado el Golden Venture encalló en las afueras de la costa de Nueva York. Al subir a inspeccionarlo, la Guardia Costera de los Estados Unidos descubrió a unos 286 indocumentados chinos que estaban siendo llevados de contrabando hacia los Estados Unidos, la mayoría de los cuales habían pagado cada uno varios miles de dólares a los “polleros” (o “coyotes”, como se les conoce comunmente en México a los traficantes de indocumentados) por el traslado ilegal hacia los Estados Unidos. Otros habían aceptado efectuar el pago de sus pasajes trabajando en calidad de servidumbre en el barrio chino (Chinatown) de Nueva York. Cuando el Golden Venture encalló, algunos de estos inmigrantes indocumentados entraron en pánico y trataron de llegar nadando hasta la costa. Seis de ellos no lo lograron, muriendo ahogados. El resto fue tomado en custodia por la Guardia Costera. En este punto, muchos de los pasajeros chinos que iban en el Golden Venture pidieron que se les admitiera concediéndoles asilo político. En realidad, la excusa del asilo político era para lograr lo mismo que estaban buscando desde un principio, obtener el permiso para poder trabajar dentro de los Estados Unidos sin haber pasado previamente por ningún proceso ordinario consular.

Se trata de 286 indocumentados que iban en pos del “sueño americano”. Dejaron atrás su país de nacimiento, renegando de sus orígenes, para ir en búsqueda del “billete verde”. Más que refugiados políticos, en realidad todos ellos eran refugiados económicos, y si en la Antártida hubiera habido mejores perpectivas de empleo con un mayor salario, hasta la Antártida se habrían ido aguantando las temperaturas glaciales. Después de dos años de estar varados en el buque, al final lograron lo que querían, que se les concediera el asilo político.

Eso fue en 1993.

Veinte años después, el panorama se muestra muy diferente. La China que abandonaron, la China que dejaron atrás esos 286 tránsfugas, está en vías de convertirse en una superpotencia mundial, no solo alcanzando sino superando incluso al mismo Estados Unidos, lo cual parece ser ya solo cuestión de tiempo. Y tienen mucho para poder presumir y poder demostrarle al mundo su poderío económico, científico y militar.

Al momento de publicarse esta nota, se está encaminando hacia la Luna un vehículo de exploración controlado a remoto desde la Tierra, diseñado y construído en su totalidad por científicos chinos. En una nota de la AFP titulada “Lanza China cohete espacial con vehículo para recorrer la Luna” publicada el 2 de noviembre, se comenta lo siguiente: “China lanzó ayer un cohete que transporta al ‘Conejo de Jade’, un vehículo de exploración controlado a distancia, con el fin de hacerlo alunizar, algo que sólo Estados Unidos y Rusia han conseguido hasta ahora. El cohete despegó a las 1:30 horas locales (ayer domingo en México) de la base de lanzamiento de satélites de Xichang, en la provincia de Sichuan (suroeste). La misión, llamada Chang’e-3, es una etapa importante de la carrera espacial china, todavía muy rezagada en relación a Rusia o Estados Unidos. El ‘Conejo de Jade’, un nombre que hace referencia a la mitología china, es un ‘rover’ lunar, un vehículo de seis ruedas que, si se cumple el calendario, estará en la superficie de la Luna a mediados de diciembre. ‘Voy a quedarme despierto esta noche para mirar el programa en directo. ¡Viva Chang’e! ¡Viva el conejo de jade!’, había iniciado antes del lanzamiento un usuario de la red Sina Weibo, mientras otro afirmaba estar ‘increíblemente orgulloso’. El vehículo, que funciona con paneles solares, llevará a cabo análisis científicos, principalmente geológicos, y también enviará a la Tierra imágenes de la Luna en tres dimensiones. El ‘Conejo de Jade’, de 120 kilos, será depositado en la Bahía del Arcoriris, un territorio lunar todavía sin explorar, según la administración espacial china. Esta zona ofrece condiciones favorables gracias a sus horas de sol y también facilita las telecomunicaciones. El vehículo se desplaza a una velocidad de 200 metros por hora y funcionará durante tres meses. ‘Sin tener en cuenta el envío de astronautas al espacio, se trata probablemente de la misión más complicada que China ha puesto en marcha hasta ahora’, asegura Morris Jones, un experto australiano en cuestiones espaciales. ‘También es el inicio de un proceso que podría llevar a la Luna a los astronautras chinos después de 2025’, explica a la AFP este experto. Si lo lograra, China se convertiría en el primer país de Asia en enviar un hombre al satélite de la Tierra. Las sondas Chang’e-1 (lanzada en octubre de 2007) y Chang’e-2 (octubre de 2010) han permitido hasta ahora llevar a cabo observaciones detalladas de la Luna. China dedica miles de millones de dólares a su carrera espacial, que las autoridades consideran un símbolo de la potencia del país dirigido por el Partido Comunista. La conquista espacial también forma parte del ‘sueño chino’, el eslógan de la política del actual presidente Xi Jinping. El Gobierno también está trabajando en un programa para crear una estación orbital permanente y con ese objetivo está mejorando desde hace dos años sus capacidades para acoplar módulos espaciales. Las misiones espaciales chinas, supervisadas por el ejército, están rodeadas de propaganda patriótica y tienen mucha presencia en los medios oficiales.”

El siguiente par de fotografías muestran el cohete portador de la sonda espacial así como al mismo vehículo lunar:





La nota periodística deja claro que estos espectaculares avances forman parte de lo que ahora se conoce como el sueño chino. Este sueño chino no lo logran ni en sueños los chinos que abandonaron su país para trasladarse hasta el otro lado del mundo en pos de otro “sueño”, el “sueño americano”, lo están logrando los chinos que se quedaron en China, y lo están logrando sin ninguna ayuda de los norteamericanos que solo están de mirones viendo cómo la nueva superpotencia les está pisando los talones.

China es hoy un país de amplias oportunidades para los hombres emprendedores y trabajadores que pueden aspirar a escalar desde orígenes modestos hasta la cúspide. De eso trata precisamente el sueño chino. ¿Pero no es acaso esto lo mismo sobre lo cual en otros tiempos que van quedando atrás rápidamente los norteamericanos reclamaban una exclusividad casi absoluta? Eso se acabó.

Cabe agregar que el mismo día en que China lanzó hacia la Luna su vehículo espacial, la sonda Mangalyaan lanzada por la India dejó su órbita terrestre y entró en la segunda fase de su largo viaje hacia Marte, la primera misión de su tipo de India, prevista para concretarse el 24 de diciembre de 2014, justo en la navidad, por lo que en la India también ya se habla del “sueño hindú”, al cual están contribuyendo no los hindúes que emigraron hacia los Estados Unidos también en pos del “sueño americano”.

El mismo día en el que el vehículo de exploración lunar lanzado por China se encaminaba hacia su objetivo, en los Estados Unidos en la otrora próspera ciudad de Detroit, antaño en tiempos mejores considerada como el símbolo del poderío industrial norteamericano, terminaba de concretar en los tribunales la oficialización de su bancarrota, cerniéndose sobre centenares de trabajadores ya jubilados el recorte de sus pensiones de vejez, pensiones por las cuales estuvieron trabajando todas sus vidas al servicio de la ciudad, pensiones sin las cuales estarían condenados al desamparo, a la pobreza, a programas de caridad social, para poder sobrevivir. Para estos pobres seres que creyeron que la prosperidad les duraría por siempre, el “sueño americano” terminó convirtiéndose en una verdadera pesadilla.

Por otro lado, al mismo tiempo que la sonda espacial china viajaba hacia la Luna, de acuerdo a resultados de unos exámenes dados a conocer el 3 de diciembre de 2013 por el informe PISA de la OCDE, el primerísimo lugar de aprovechamiento escolar a nivel mundial en ciencias, lectura y matemáticas no lo ocupa el país del “sueño americano”, lo ocupa Shanghai, otro duro golpe a la proverbial soberbia de la Unión Americana. Si los 286 pasajeros indocumentados que viajaron en el Golden Venture y otros como ellos querían que sus hijos y sus nietos recibieran una educación de excelencia de clase mundial, de la mejor calidad, la mejor del planeta, en vez de trasladarse hasta los Estados Unidos mejor se hubieran trasladado dentro de la misma China hasta Shanghai, porque precisamente allí están las mejores escuelas secundarias y de bachillerato del mundo entero, comprobado. Y esa educación de clase mundial les habría sido completamente gratuita, pagada en su totalidad por el Estado.

Algunos de los estudiantes que están egresando de las escuelas públicas en China como los estudiantes mejor preparados del planeta en el aspecto científico y tecnológico posiblemente serán reclutados dentro del programa espacial de China para entrenarse como astronautas, de los cuales China ya tiene varios que ha lanzado al espacio exterior tales como los siguientes:




China envió a su primer astronauta al espacio en el 2003, convirtiéndose en el tercer país, luego de Rusia y Estados Unidos, en realizar viajes tripulados al espacio de manera independiente, y ya cuenta con una estación espacial orbitando en torno a la Tierra, la estación experimental Tiangong 1, lanzada al espacio en 2011, la cual será reemplazada posiblemente entre el 2015 y el 2020 con otra estación espacial permanente de tres módulos, Tiangong 3:




El programa espacial no es lo único que China tiene para presumirle al mundo entero. China inauguró en 2011 sobre el mar lo que es el puente más grande del mundo en la ciudad costera oriental de Qingdao:




además de haber construído también el gasoducto más largo del mundo. Y China inauguró hace apenas un año, en diciembre de 2012, el tren bala más largo del mundo, capaz de alcanzar velocidades superiores a los 500 kilómetros por hora, ocasionando la envidia de muchos norteamericanos que creían que el país del dólar siempre sería superior en todo al resto del mundo:





Encima de todo lo anterior, desde el aspecto económico, China tiene ya a los Estados Unidos agarrado del pescuezo, al poseer la mayor cantidad de Bonos de la Tesorería norteamericanos, humillando al imperio norteamericano al convertise en el mayor acreedor extranjero de los Estados Unidos. La dura y humilllante realidad es que en estos momentos, de no ser por China, la economía norteamericana ya se habría hundido en el despeñadero.

Los que se quedaron en China en vez de lanzarse en pos del sueño americano saben perfectamente, por lo que han aprendido de sus lecciones de historia, que los inmigrantes chinos en Norteamérica, además de ser sobreexplotados y utilizados casi como mano de obra esclava, eran aborrecidos y desdeñados, considerados como una especie sub-humana bautizados con el despectivo mote de coolies. Y de hecho desde hace mucho tiempo el Congreso norteamericano aprobó reglas durísimas para restringir la inmigración de chinos hacia los Estados Unidos, negándoles a los indeseables “coolies” la esperanza de poder compartir con ellos el “sueño americano”. Los chinos eventualmente aprendieron que, en vez de perder el tiempo en búsqueda de espejismos, en vez de arriesgarlo todo en búsqueda del “sueño americano”, a la larga podía ser mucho más fructífero quedarse en casa y trabajar duro para construir otro sueño mucho más afín a ellos, el sueño chino lanzado como estrategia nacional por el Presidente Xi Jinping.

Mientras China avanza a pasos agigantados, vale la pena preguntarse: ¿y qué de los 286 indocumentados que abandonaron China para trasladarse en pos del “sueño americano”? ¿Valió la pena abandonar todo lo que dejaron atrás? Estos individuos, así como sus descendientes, están encontrando algunas realidades sumamente desagradables para las cuales posiblemente no estaban preparados. La primera es que en los Estados Unidos impera una cultura de la violencia, propiciada en buena medida por la Asociación Nacional del Rifle. Se trata de una cultura de la violencia que ante masacres sangrientas como las ocurridas en las escuelas de Columbine y de Sandy Hook hacen que cualquier padre de familia vea con temor la partida de sus hijos e hijas a la escuela, no sabiendo si ese será el último día que los verá con vida. Estas cosas no ocurren en China, simple y sencillamente porque en China no le sueltan armas de fuego de alta potencia a la población civil, ni existe una Asociación Nacional del Rifle que esté cabildeando sin cesar por el derecho constitucional de cualquier demente para poseer ametralladoras AK-47 y rifles de asalto.

Los chinos que desde hace apenas dos décadas estuvieron abandonando a su país natal para irse a vivir a los Estados Unidos están atrapados en un país que no solo tiene una cultura de la violencia, también tiene una cultura de las drogas (es el mayor consumidor de drogas en el planeta). Fueron chinos de nacimiento pero nunca lo fueron de corazón, y lo demostraron con hechos; renegaron de sus orígenes y se embarcaron en búsqueda de un espejismo, y ahora se topan con la realidad de que no todo es como lo habían creído. Los hijos y nietos de algunos de ellos ya son drogadictos, ya son consumidores habituales de metanfetaminas y cocaína, cayendo en un infierno y arrastrando a sus padres y abuelos hacia algo que más que un “sueño americano” que ha resultado ser la pesadilla norteamericana. Mientras que en China el narcotráfico es prácticamente inexistente (la pena de muerte para este tipo de actividad ha servido como un disuasivo poderoso), en el país del “sueño americano” la amplia oferta de todo tipo de drogas está enviando a los hospitales y manicomios a muchos jóvenes e inclusive niños, todo a causa de la libre drogadicción que forma parte de la cultura “pop” norteamericana promovida por sus estrellas y cantantes de moda, y aquí es donde están pagando más duro el haber viajado en pos de un espejismo.

Los emigrantes chinos se fueron deslumbrados por el valor del dólar norteamericano, pero ya viviendo en Estados Unidos se han dado cuenta de que si bien en ese país se gana en dólares, también se gasta en dólares, todo cuesta en dólares, de modo tal que la mayoría de ellos salvo aisladas excepciones no terminan como los multimillonarios que creían que iban a ser.

¿En qué posición quedan entonces los 286 indocumentados chinos que iban en el Golden Venture con la intención de disfrutar del “sueño americano”? ¿Se excluyeron ellos mismos del “sueño chino”? En China no hay mucho entusiasmo por verlos regresar. Al parecer de muchos compatriotas suyos que decidieron quedarse para jugársela con los suyos en su propio país, los indocumentados del Golden Venture y muchos otros como ellos son vistos como gente convenenciera que le apostó más al “sueño americano” que a su propio lugar de nacimiento, gente cuyo único nacionalismo está centrado en su propio interés y en su propia billetera.

China está dispuesta a compartir el “sueño chino” con los mexicanos, algo que todavía hace apenas medio siglo hubiera sido impensable, y ha abierto sus puertas a pequeños empresarios mexicanos que han establecido allá su residencia para abrir restaurantes con comida típica mexicana. Estos pequeños propietarios dijeron con toda razón: “si los gringos nos cierran las puertas y nos cierran las oportunidades para poder establecernos legalmente en los Estados Unidos, si los gringos nos ponen toda clase de trabas burocráticas y obstáculos para poder crecer y progresar allá, mientras que por el contrario los chinos nos abren sus puertas y nos dan la bienvenida, ¿qué demonios tenemos que andar haciendo perdiendo nuestro tiempo ilusionándonos como idiotas en un ‘sueño americano’ siendo que en China se nos están dando la bienvenida para poder permitirnos progresar y crecer en ese país, contribuyendo al mismo tiempo a que ese país también crezca y se engrandezca con el fruto de nuestro trabajo y nuestra creatividad?”. Un segmento creciente de la sociedad norteamericana está cada vez más asustado ante la posibilidad cada vez más cercana de que China rebase al todavía soberbio y orgulloso imperio norteamericano, y en verdad esto va a ocurrir en forma casi inevitable, solo es cuestión de tiempo. Pero no deberían de asombrarse ante esta perspectiva; después de todo, fueron el mismo gobierno norteamericano, el mismo Congreso, y los mismos políticos norteamericanos los que tuvieron la culpa de lo que se está convirtiendo en el virtual entierro del “sueño americano”, todos y cada uno de ellos fueron los portadores de su respectiva pala con la que le están dando las exequias fúnebres a lo que todavía queda de predominio absoluto de Norteamérica. Al final del día, Estados Unidos corre el riesgo de que lo único que le pueda quedar de su predomincia absoluta sea su superioridad militar. Siempre y cuando el resto del mundo esté dispuesto a seguirle financiando ese rubro.


ADENDOS: El 10 de enero de 2014 apareció publicada una noticia de primera magnitud, cuya importancia histórica fue minimizada por los medios de comunicación norteamericanos reflejando quizá un rechazo subconsciente generalizado ante las implicaciones de una noticia de este tipo. Como fue publicada en México, la noticia dice lo siguiente: “DESBANCA CHINA A EU COMO MAYOR POTENCIA COMERCIAL: Los intercambios comerciales de China superaron, por primera vez en la historia, los 4 billones de dólares en 2013, según datos divulgados ayer viernes, lo que le convierte en la mayor potencia comercial del mundo. En el conjunto del año pasado, las exportaciones de la segunda economía mundial aumentaron 7.9%, a 2.2 billones de dólares, y las importaciones un 7.3%, a 1.9 billones, según datos de las aduanas chinas. El excedente comercial fue de 260 mil millones de dólares, un 12.8% más que el año anterior. En total, los intercambios comerciales se elevaron a 4.16 billones de dólares, un 7.6% más que el año anterior, pero por debajo de la meta del 8% del gobierno. No obstante, se trata de los mejores resultados de la historia y confirman un giro geoeconómico, convirtiendo a China en la mayor potencia comercial de bienes, sin contar los servicios. Según informes de febrero pasado, China ya le habría arrebatado el puesto a Estados Unidos el año pasado, pero las aduanas dijeron que debido a la utilización de métodos diferentes en el cálculo el cambio se produjo por vez primera en 2013, pese a que los datos definitivos de Estados Unidos todavía no se han publicado. ‘Es bastante probable que China haya superado a Estados Unidos para convertirse en la mayor potencia comercial en bienes en 2013 por primera vez’, dijo el portavoz de la Aduana, Zheng Yuesheng”. Y al día siguiente de que se publicara esta noticia que sin duda alguna representa un golpe colosal al ego norteamericano, un golpe de proporciones históricas y presagio de cosas por venir, se publicaba otra noticia triste que hacía una reflexión sobre las glorias de un pasado de superioridad tecnológica absoluta que parece que se está desvaneciendo por completo en el aire: “PIERDE BRILLO LA NASA: En la vieja sala de control del Johnson Space Center, hoy convertida en museo, todo permanece como hace medio siglo. Se conserva la alfombra, raída por el tiempo, y los ceniceros sobre los que se consumieron cientos de cigarrillos mientras se atestiguaba la llegada del Apolo 11 a la Luna. Eran los años 60 y la NASA tenía más de 400 mil trabajadores, a cuyos ambiciosos proyectos el Gobierno de Estados Unidos dedicaba el 4.5 por ciento de su presupuesto. Hoy, la emblemática agencia emplea a poco más de 17 mil personas (95 mil contando a los contratistas) y apenas absorbe un 0.5 por ciento del gasto federal”. Al mismo tiempo que se publicaba esta nota de carácter melancólico y nostálgico, la sonda china de exploración lunar entraba en operaciones en la Luna, empezando a asentar el liderazgo que China planea tomar en la carrera espacial. Son los signos de los tiempos, y resulta imposible negar lo que está sucediendo aunque muchos aún no hayan tomado plena concienca de ello. Aquí cabe reflexionar sobre unas palabras de carácter profético atribuídas al general corso Napoleón Bonaparte: “Dejad que China duerma, y cuando despierte el mundo la sentirá”.

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