martes, 17 de septiembre de 2013

¿Conversión al Islam? Gracias, pero no, gracias

Hace algunos días, me topé de pura casualidad en la calle con un misionero que se identificó a sí mismo como un Islamista cuyo objetivo es contribuír a la conversión de México hacia el Islam, y vió en mi persona un prospecto para unirme a su movimiento religioso. Es muy posible que este encuentro haya tenido que ver con el hecho de que el lugar en donde vivo en México ha empezado a crecer una comunidad islamista. En un artículo titulado “El Islam en la frontera: Una comunidad naciente” elaborado por los periodistas Luis Chaparro y Jesús Salas para el periódico local El Diario, se asienta lo siguiente:

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“Bajo la sombra de un gigantesco árbol del Parque Central convive un pequeño grupo. Entre ellos destaca Aisha, quien viste su hijab, un velo que cubre su cabello y sólo deja ver su rostro blanco, apacible. Ha traído consigo a su hijo Joseph, vestido con un kufi, sombrero tejido que se aferra a su pequeña cabeza, y una camiseta negra con una leyenda en árabe al centro. Alrededor hay jóvenes curiosos, parejas que murmuran, familias que lanzan miradas al grupo. Lejos se escucha que alguien dice: “árabes”. En Ciudad Juárez la palabra Islam aún suena desentonada. El ruido en torno a la palabra aún pesa más que la melodía de sus cinco letras. Así lo dice Aisha, la primera juarense convertida al Islam. Y también Javier, Maryam y Wazir. Lo repiten los 20 musulmanes conversos que viven en esta ciudad entre 1.4 millones de habitantes. El número de miembros de esa comunidad puede ser casi insignificante, pero cuando se tiene en cuenta la rapidez de su conformación, crece en importancia: en 2009 esta ciudad era el hogar de apenas dos musulmanes recién conversos.”

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Bajo un sub-título que dice “Slim, la puerta de entrada”, el artículo continúa diciendo:

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“En el Archivo Histórico de la nación hay una carta fechada el 9 de agosto de 1927, firmada por Julián Slim Haddad, un inmigrante libanés llegado veinte años atrás cuando apenas tenía 14. La carta, un memorial tan extenso como una autobiografía, fue enviada al presidente Plutarco Elías Calles y relataba dos realidades de aquel entonces que con los años han quedado archivadas junto al documento: una, que las leyes mexicanas incitaban abiertamente al racismo, y la otra, que había una fuerte ola de migrantes árabes buscando refugio en México. Slim Haddad, padre del actual hombre más rico de México, el tercero en el mundo, pedía al presidente que se respetara a la comunidad libanesa en México. Le explicaba, en calidad de presidente de la Cámara de Comercio Libanesa, que su pueblo no era tan diferente al de Calles. “El libanés se caracteriza por su actividad en el trabajo, por su economía, por su sencillez, por la facilidad y prontitud con que aprende el idioma del país al que llega y en donde vive pacíficamente, en especial en aquellos que, como México, conservan un depósito sagrado de independencia personal y de amor a la patria”. Con estas mismas palabras, el comerciante quería decir al Gobierno mexicano que terminara con las leyes de extranjería celebradas ese mismo año, que restringía la inmigración de “negros, indobritánicos, sirios, libaneses, armenios, palestinos, árabes, turcos y chinos”, con el fin de proteger el empleo nacional, evitar la mezcla de razas y que dejaran de usar el territorio mexicano como un punto de entrada a Estados Unidos. Hasta 1950, debido a estas restricciones, no había en México más de 400 musulmanes. De éstos, unos 300 se refugiaron en la zona metropolitana de La Laguna, Torreón, un lugar idílico para la agricultura y abierto a la migración desde la década de los 30 por el presidente Lázaro Cárdenas. Allí se mantuvieron como sombras, en silencio, hasta la llegada del presidente Carlos Salinas de Gortari en 1988, quien abrió el registro a los musulmanes en México. Sin embargo, dos años antes, la comunidad ya trabajaba en un proyecto: la mezquita de Suraya, la primera establecida en México, terminada en 1989 y abierta hasta 2001. Paralelo a la construcción de esta mezquita, llegaba a la Ciudad de México el inglés Omar Weston, uno de los musulmanes con más seguidores en el país. Weston abrió la mezquita de Dar as Salam en Tequesquitengo, Morelos, en 2003. Y en 1996, 300 indígenas tzetzales en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, se convierten al Islam mediante el inmigrante español Aureliano Pérez Iruela. Durante la década de los noventa estas tres comunidades mantienen un número estable de seguidores, no más de 400 en Torreón, donde la mayoría son musulmanes originales, unos 500 en la Ciudad de México, todos conversos y unos 300 indígenas en Chiapas igualmente conversos. Pero habrían de caer las Torres Gemelas en Nueva York para impulsar un “boom” de conversiones al Islam en territorio mexicano y esperar a 2009 para que llegara a esta frontera.”

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Expuesto lo anterior, el artículo resalta una fecha importante a partir de la cual se considera que empieza una conversión pronunciada de hombres y mujeres hacia el Islam. Bajo otro sub-título que dice “9/11: el comienzo de la conversión”, el artículo dá los pormenores del fenómeno del aumento en las conversiones:

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“El doctor Zidane Zeraoui, investigador del Tecnológico de Monterrey, un argelino residente de aquella urbe, ha viajado a las principales mezquitas en México: Torreón, Chiapas y el Estado de México. Su meta era incluir un capítulo nuevo en la segunda edición de su libro Islam y Política, editado por Editorial Trillas este año. Pero en su viaje encontró algo más: la principal razón de la conversión de mexicanos al Islam es una extraña admiración hacia el “único pueblo que lastimó al imperio estadounidense”. A las 8 de la mañana del 11 de septiembre de 2001, el vuelo 11 de American Airlines con 92 personas a bordo despegó del Aeropuerto Internacional Logan de Boston rumbo a Los Ángeles. Allí comenzaba el mayor atentado terrorista adjudicado a 19 miembros de la red yihadista al Qaida que daría muerte a cerca de 3 mil personas en Estados Unidos. En una llamada por Skype al doctor Zeraoui, un hombre con un marcado acento extranjero y considerado uno de los académicos más importantes en el Islam en México, explica que estos atentados tuvieron un impacto indirectamente positivo para el Islam aquí.

-“En México se sabía muy poco del Islam, pero cuando se comienza a hablar de Medio Oriente en los canales de televisión, todo mundo voltea y se pregunta ¿qué es el Islam? y entonces comienza una curiosidad que termina por convencer y convertir a muchos”, comenta.

–¿Es decir que se hizo atractiva esta religión para México? –se le pregunta.

–Desde luego. Dentro de los testimonios, cientos de ellos, que rescaté en México, una de las principales razones que se repetían una y otra vez era porque los musulmanes o al menos una pequeña fracción de ellos se atrevieron a atacar a Estados Unidos.”

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La siguiente parte del artículo periodístico con el título “Los sunitas” proporciona mayores detalles acerca del tipo de fé musulmana que se empieza a propagar en la ciudad en la que vivo:

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Cuando encontramos a la comunidad en el Parque Central, un sábado a las 5 de la tarde, los varones del grupo se apresuran a extender su mano para saludar. Las mujeres esperan y haciendo una breve reverencia dicen “Salam Aleikum”, la paz sea contigo.

–Disculpe que no les dije antes, pero por respeto las mujeres no damos la mano –explica Aisha sonriente.

–¿Hay algunas otras costumbres que debamos tener en cuenta para no faltarles al respeto?

–No es falta de respeto, sin embargo hay algunas reglas: si una mujer está sola en un lugar cerrado no puede estar un varón con ella, hay que esperar a que lleguen más personas, por eso hoy hemos venido mis hermanos musulmanes y yo. Un musulmán no puede sentarse a la mesa con alguien que está comiendo puerco o ingiriendo bebidas alcohólicas. Creo que por ahora esas son las más importantes.

Los dos niños que han acompañado a la comunidad se alejan persiguiendo a los patos del parque. Las mujeres, excepto Aisha, se retiran a vigilarlos desde una banca.

–Este es nuestro libro sagrado –Aisha saca de su bolso un pequeño ejemplar del Corán en español.

–Este lo puedo cargar así, en el bolso porque es menos sagrado que el que está en el idioma original, en árabe.

La comunidad juarense, relata Aisha, está comenzando a aprender árabe. Dice que es importante y necesario para poder seguir con lo que Alá mandó: leer las escrituras como fueron plasmadas por los profetas.

–¿Quiénes son los profetas?

–Nuh (Noé), Ibrahim (Abraham), Musa (Moisés), Isa (Jesús) y Muhammad (Mahoma), la paz y las bendiciones de Dios sean con él.

Javier, uno de los pocos hombres de la comunidad musulmana juarense, explica que el idioma árabe no es sencillo, pero que ahora que se ha comenzado a conformar un grupo de islámicos aquí –“gracias a la hermana Aisha”–, comenzarán a tomar clases.

Los 20 miembros del grupo se consideran sunitas, una de las tres principales formas de interpretar el Islam en el mundo. Los sunitas son musulmanes ortodoxos y representan el 90 por ciento del mundo islámico. A diferencia de los chiítas, una minoría global y considerados fundamentalistas, los Sunitas no creen en la figura del ayatolá, un líder espiritual con poderes ejecutivos en el Estado.

Aisha, Javier, Maryam y el resto de la comunidad dejan en claro que lo que desean es que Ciudad Juárez los vea con la mirada correcta, como una comunidad de paz, que da la bienvenida a quien se acerca y que, al igual que ellos recibieron las respuestas de Alá, están dispuestos a compartirlas.

‘Me he convertido al Islam’

La noche del 25 de marzo de 2010 Javier, recién casado, se acostó en la misma cama donde su mujer lo esperaba. Había silencio dentro y fuera de la mediana casa en el norte de Ciudad Juárez. Luego Javier pronunció unas palabras que cambiarían la vida de la pareja: “Hoy me convertí al Islam”. Horas antes, durante la tarde de ese jueves, ese hombre delgado de mirada atenta bajo unos lentes de pasta, había llamado a Monterrey y afirmado su oración de paz. Desde entonces formaría parte de la pequeña comunidad creciente de musulmanes aquí.

En 2005 Javier vivía en Monterrey. Había conocido a un hombre de Senegal, África, quien practicaba el Islam.

–Fue por curiosidad –responde Javier a la pregunta de cómo llegó al Islam. Hoy ha traído a su esposa y a su único hijo, un pequeño de 2 años.

–¿Tu amigo de Senegal te invitó al Islam?

–No realmente, yo lo veía que rezaba y que leía el Corán y me dio curiosidad. Pero cuando me convencí fue cuando vi su boda, me llenó de emociones estar ahí.

–Tú estabas por casarte.

–Sí, y por la Iglesia católica, entonces dejé de leer porque sabía que podía destruir mi matrimonio –dice con la mirada al piso, las manos tomadas al frente. Pero Javier tuvo suerte: en un intento de su esposa por alejarlo del Islam, luego de una investigación de tres meses, ella terminó por abrazar la misma religión.

–Fue una bendición de Alá –dice.

Ahora ambos forman parte de la comunidad de Ciudad Juárez. Él se convirtió vía teléfono, igual que ella. Los convirtió su amigo senegalés desde Monterrey, de la misma manera que la gran mayoría de los musulmanes juarenses.

La historia de Aisha hacia el Islam puede no parecer de fantasía, a diferencia de la de Javier, pero, como ella lo dice, está llena de misericordia.

Por el mismo año que Javier estaba contrayendo matrimonio, Aisha conoció a un hombre egipcio por Internet. Eran las mismas fechas en que le habían diagnosticado cáncer y había comenzado a recorrer el camino de preguntas de un desahuciado: ¿Por qué a mí? ¿Dónde está mi fe? Aisha aún se llamaba María Luisa Alfaro y era cristiana.

–En el Islam encontré respuesta a las preguntas que ni hombres muy estudiados me pudieron responder.

–¿Qué pasó con el cáncer?

–Desapareció –Aisha hace una larga pausa para esperar a que su respuesta sea digerida.

–Ya no tengo cáncer, los doctores tampoco lo pueden creer.

Aquel hombre egipcio, del que prefiere no decir nombres, le recomendó leer sobre el Islam. Le dio algunos libros y le habló de Alá en conversaciones por Facebook. Y entonces ella tomó una decisión: estoy convencida de querer ser musulmana.

–¿Cómo fue esa tarde de su conversión?

–Una tarde maravillosa, llamé a una mujer en Monterrey para decirle que quería hacer la oración de fe, y a los tres minutos ya era una mujer nueva –relata. Sus ojos vidriosos dicen lo mismo que ella.

–Fue una tarde en que hubo mucho llanto, pero de alegría.

Aisha, la mujer que nunca muere

María Luisa Alfaro, una chef empleada por una pequeña empresa de repostería tuvo cáncer, murió y renació en Aisha Salahuddin, la dueña de su propia empresa de cocina. De ahí su nuevo nombre, que significa “la mujer que nunca muere, la que renace”.

A Aisha le gusta cocinar, leer el Corán y el reggaetón.

–Eso es lo único que me ha costado trabajo dejar.

–¿El reggaetón?

–Lo más difícil es dejar la música, porque las letras van en contra de lo que dice mi Corán.

Javier, quien escucha a un lado, asiente.

–¿Tú tampoco has dejado la música, digamos, secular?

–No. Yo era metalero, escuchaba bandas de metal pesado con letras satánicas. No digo que ya dejé el metal, pero ahora escucho un metal más relajado, con otro tipo de letras.

Aisha dice que recientemente encontró artistas de reggaetón con letras musulmanas.

–Es en lo que estoy ahorita, es lo mismo, la misma música, pero con letras que alaban a Alá.

Javier ha hecho lo mismo. Ha encontrado el mismo estruendo de las guitarras eléctricas y las baterías ruidosas con una letra que habla del “gran amor que tiene Alá”.

–¿No ha sido difícil vestir un hijab?

–Lo que sucede es que no es obligatorio –responde Aisha.

–Cuando trabajaba en ese lugar como chef, irónicamente mi jefe me pedía que me quitara el velo, pero no tenía sentido porque así era hasta más higiénico. Entonces decidí poner mi propio negocio de bufete.

Aisha, la fundadora del único grupo de musulmanes aquí, es así. Independiente. Si su jefe no respeta sus decisiones ella sale y crea su propio negocio. Así ha sido con su familia, principalmente católica. Incluso antes de su conversión al Islam ella había aceptado al cristianismo, a pesar de sus familiares. Y así fue también con el Instituto Federal Electoral.

Cuando muestra su credencial para votar lo primero que llama la atención es que no se ha tenido que quitar el hijab.

–¿Cómo lograste esto?

–Me llevé una montaña de documentos e información que había estudiado antes, las leyes electorales, mis derechos como mexicana, y en ningún lado decía que no podía usar velo. Si las monjas pueden usar su hábito, ¿por qué yo no puedo usar un hijab?

Luego de debatir por horas con el IFE, finalmente aceptaron su petición. En su credencial hay una mujer sonriente, metida en un velo sencillo, bajo el nombre de María Luisa Alfaro, pero el rostro es el de Aisha.

Una victoria ante el IFE

Mónica Sofía Íñigo, subdirectora de Seguimiento Normativo del IFE ha expedido un documento histórico orillada por Aisha: “(...) la comunidad musulmana de mujeres, puede aparecer en la foto portando el hijab, al igual que las monjas católicas pueden aparecer en la fotografía oficial portando el velo característico”.

El 2 de diciembre de 2012 Aisha presentó su queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, mediante el cual se exponía una solicitud al Instituto Federal Electoral para que la comunidad de mujeres musulmanas en México, pudiera obtener su credencial para votar, usando el hijab.

Íñigo explicó a Aisha en la misma carta que no existe ninguna restricción para la expedición de la identificación oficial a la comunidad de mujeres musulmanas, “siempre y cuando se cumplan con los requisitos previstos por la normatividad vigente en materia electoral”.

Para Aisha ha sido una gran victoria desde que ha decidido portar el hijab en todo momento, sin exceptuar los trámites burocráticos.

–En el Corán dice que debo cubrirme por respeto y obediencia, no porque esté oprimida, sino por respeto a mi Dios y a mí misma, y así, comprendiéndolo, es muy fácil de llevar, yo decido si lo porto o no. (Luis Chaparro/Jesús Salas/Especial para El Diario

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Casi por los mismos días apareció en el periódico local El Diario la reproducción de una nota titulada “Alá en los altos de Chiapas”, elaborada por José Gil Olmos y publicada justo en el mismo día en el que se celebró el Grito de la Independencia de México en 2013. La nota dice lo siguiente:

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Ibrahim es un indígena tzotzil de San Juan Chamula que cecea como si fuera español. Su hermano adoptivo Daud hace lo mismo. A las afueras de esta ciudad tienen una mezquita donde enseñan el Corán a un grupo de niños, en su mayoría indígenas. Ibrahim y Daud estudiaron el libro sagrado del islam primero en Chiapas, y luego en España y Marruecos. Los viernes por la tarde visten las ropas tradicionales de los imanes y oran en árabe, tzotzil y español. Provenientes de un pueblo de profunda religiosidad –en el cual desde hace décadas pelean evangélicos y católicos–, ellos y otros 600 indígenas de Los Altos de Chiapas optaron por el islam hace 15 años. “Rezan el coralillo”, decían en su comunidad, en referencia al Corán. La historia de ambos indígenas parece de ficción. Vivieron varios años en Europa y el norte de África con la finalidad de conocer otras comunidades musulmanas y estudiar el Corán, el que ahora difunden entre los suyos en la mezquita que construyeron en la colonia Arcos La Alborada. Ibrahim, de 32 años, es líder de su comunidad y está casado con Yanna. Tienen tres hijos, lo cual es considerado una alianza de sangre para hacer crecer el islamismo entre los tzotziles de San Juan Chamula. En su infancia Daud estuvo abandonado y ahora, a sus 25 años, es maestro de islamismo de una decena de niños. Acaba de volver de España y Marruecos, donde permaneció tres años perfeccionando sus conocimientos sobre el Corán. Pero no sólo la historia de Ibrahim y Daud es como de ficción. También lo es la llegada de los islámicos a Chiapas. En 1994, luego del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), un par de granadinos (Aureliano Pérez Yruela –el emir Mohammed Nafia– y Esteban López Moreno –Hayy Idriss–, del Movimiento Mundial Murabitún) viajaron a la Selva Lacandona a fin de hablar con el subcomandante Marcos. Su intención era convencer a los zapatistas de tomar el camino del islam y unirse a otros “pueblos rebeldes” del mundo. El fundador y líder absoluto del Movimiento Mundial Murabitún (MMM), Ian Dallas, nació en 1930 en la ciudad escocesa de Ayr. Algunas fuentes lo señalan como diseñador gráfico, dramaturgo, actor e incluso ex representante de Los Beatles. En 1967 abrazó la fe islámica inspirado por Abdelkarim Dauodi, el imán de la mezquita Qarawiyyin, en Fez, Marruecos. Dallas tomó el nombre de Abdelqader”.

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La nota de José Gil Olmos titulada “Alá en los altos de Chiapas” continúa con un sub-título que dice “Zapatismo islámico”, y cuyo texto es el siguiente:

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“Procedentes de Granada, Pérez Yruela y López Moreno llegaron a Chiapas en 1993; instalaron un restaurante, una panadería y una carpintería en San Cristóbal de las Casas. El 1 de enero de 1994, cuando se dio a conocer públicamente el EZLN, tuvieron una idea: volver islámico el zapatismo. Tuvieron contacto con el comandante Tacho y el entonces mayor –hoy subcomandante– Moisés; además, acreditándose como reporteros de una de sus publicaciones, La Gaceta de Granada, asistieron a varios encuentros del EZLN con agrupaciones sociales. En 1995 intentaron tener un encuentro con Marcos, a quien le enviaron una carta de 14 cuartillas del MMM en la cual le proponían una alianza y establecer el Islam entre los indígenas rebeldes. Marcos no los recibió. Gaspar Morquecho, periodista e investigador radicado en San Cristóbal de Las Casas hace más de 25 años, ha hecho una profunda investigación sobre la llegada de los islámicos españoles a Chiapas y la conversión de los indígenas evangélicos al Islam. Morquecho le muestra al reportero una copia de esta carta: “Hermanos: Nos dirigimos a ustedes con todo aprecio y el respeto que vuestra heroica y ejemplar lucha nos inspira. Queremos ante todo saludar vuestra lucha y manifestaros nuestro agradecimiento por el ejemplo de nobleza y dignidad que estáis ofreciendo al mundo entero. Cada grito de libertad de cada uno de los pueblos oprimidos del mundo es un aliento de coraje y esperanza para todos”. “Somos portavoces del Movimiento Mundial Murabitún, un movimiento de musulmanes occidentales comprometidos con la restauración de la libertad, la justicia y la dignidad humanas en todos los rincones del mundo”. “Hemos seguido vuestra lucha con enorme interés y admiración desde el principio. Os enviamos un primer mensaje de saludo a través del comandante Tacho y del mayor Moisés. Mantuvimos una entrevista con ellos en San Pedro de Michoacán dos días antes del ataque militar ordenado por los prestamistas internacionales al funcionario Zedillo, el 8 de febrero de 1995. Hemos asistido también como reporteros de una de nuestras revistas, La Gaceta de Granada, a la consulta llevada a cabo en Agua Escondida el 5 de junio último. “El objetivo de esta carta es participar activamente en la petición de consejo que habéis lanzado en vuestro comunicado presentado en Larráinzar III. A partir de esta carta desearíamos tener una entrevista con Uds., en algún lugar de la selva para comentar ampliamente los puntos que aquí esbozaremos y ponernos a vuestro servicio para desarrollar un plan de trabajo en el que desde ahora nos comprometemos a participar si a vosotros os parece de interés”. “Queremos ayudaros para ayudarnos, porque vuestra lucha debe triunfar para beneficio de toda la humanidad”. En la carta el MMM les pide a los zapatistas no usar el término “demandar”, porque sostienen que eso es asumir un “lenguaje de esclavos”, sino combatir al verdadero responsable de la situación: el sistema bancario. Pero para ello señala que es necesaria una lucha mundial mediante una alianza de pueblos rebeldes y “la puesta en marcha de un plan económico y político de reconstrucción social de vuestro pueblo sobre la base del Gobierno sin Estado y la economía sin usura”. De la alianza con otros pueblos el MMM explica: “La unión de tzeltales, tzotziles, choles, tojolabales y mames en las filas zapatistas es un ejemplo de hermandad entre pueblos, que debe ampliarse para fortalecerse. “Nosotros, el Movimiento Mundial Murabitún, os invitamos a sentaros con representantes de los pueblos de Chechenia, Cachemira, Euskal Herria y otros pueblos que hoy están en la vanguardia de la lucha contra el tiránico orden bancario mundial, y con los que nosotros tenemos relaciones de colaboración, difusión, orientación y apoyo en sus diferentes luchas. Ellos nos han pedido que os transmitamos su invitación a compartir ahora el esfuerzo de la lucha para poder disfrutar juntos el orgullo de la victoria final. “Ahí están vuestros aliados, los que os harán fuertes con su compañía, su apoyo práctico y su visión que ampliará la vuestra con un movimiento de hermandad que volverá a marcar un ejemplo para el mundo. “El nuevo orden mundial diseñado por los banqueros separa y destruye a los pueblos, fortaleciendo y uniendo a los Estados bajo la coacción económica del sistema bancario mundial”. “La nueva alianza de los pueblos rebeldes del mundo unirá y engrandecerá a los pueblos desmantelando los Estados, eliminando las fronteras y destruyendo la tiranía del sistema bancario mundial”. En su larga carta el MMM les propone a los zapatistas crear un nuevo orden económico abandonando el uso de la moneda y del salario; la instauración de un mercado libre de mercancías sin intermediarios, principalmente de los bancos; la restauración del dominio económico de las mujeres; la asociación de los productores y comerciantes en gremios y la “liquidación del Estado y abandono de sus instituciones”. Una vez logrado esto, añade, “la construcción social, política y económica de vuestro pueblo será real y se convertirá en un ejemplo para México y para el mundo. Con todo esto ya podremos hablar de Libertad, Justicia y Democracia en sus significados reales y no como demandas sino como realidades establecidas para el beneficio de vuestro pueblo y de toda la humanidad”. En esos días de febrero de 1995 Marcos huyó ante la entrada del Ejército y policías federales a la Selva Lacandona; querían detenerlo por órdenes del entonces presidente Ernesto Zedillo. La carta del movimiento islámico no tuvo respuesta y ante ese silencio Pérez Yruela y López Moreno tomaron otro camino: convertir al Islam a los indígenas chamulas con la promesa de ayudarlos a construir su sueño dorado: Un mercado netamente indígena, libre de la presencia de los mestizos y blancos, que sólo los explotan. A los 15 años, antes de convertirse al Islamismo tras conocer a Pérez Yruela, Ibrahim se llamaba Anastasio Cheb Cheb y profesaba el evangelismo, como su abuelo materno, Miguel Gómez Hernández. Éste, conocido como Miguel Caxlán, fue uno de los primeros en convertirse al evangelio en Chiapas en los setenta, por lo cual fue perseguido, asesinado y desollado en 1981”.

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Estos son pues los antecedentes sobre el crecimiento del Islam en México, en un país con una población que todavía sigue siendo predominantemente católica.

Una vez que el misionero musulmán me expuso sus razones para convencerme en adoptar las creencias promovidas por el profeta Mahoma, en primer lugar le agradecí al misionero la deferencia que tuvo para conmigo para invitarme a unirme a su fé (esto lo hago con cualquiera que se toma algo de su tiempo para invitarme a unirme a su movimiento religioso, y lo hago por cortesía sin que ello implique un interés específico de parte mía). Pero me ví en la necesidad de exponerle una serie de argumentos basados en hechos de actualidad para hacerle ver las objeciones que me impiden considerar algo tan importante como un cambio de religión sobre todo tratándose de un cambio hacia la religión musulmana.

Como es bien sabido por los eruditos que se dedican a ello, el Árabe, la lengua en la que está escrito el Corán, es la segunda lengua más difícil de aprender después del Japonés. Aprender a leer Árabe puede ser una tarea complicada debido al limitado uso de las vocales. Además, existen muchas palabras Árabes que no tienen contrapartes exactas en Inglés. También existen dos tipos principales de Árabe, el formal (el dialecto que se ve en las publicaciones Árabes como el Corán, típicamente hablado por los medios y la clase alta Árabe) y el informal (un dialecto más relajado y moderno, hablado por la mayoría del público general), así que incluso si alguien está versado en el Árabe formal, tal vez no entienda o no se pueda comunicar con el Árabe promedio sin conocer además el Árabe informal. Por otra parte, para aprender Árabe también es necesario deberás familiarizarse con la pronunciación de sonidos guturales/faringealizados (emitidos desde la garganta) que los hispanoparlantes nunca han encontrado antes. Finalmente, aprender a leer/escribir en Árabe es un reto completamente separado de aprender a hablarlo, ya que las letras son extremadamente elocuentes y presentan trazos caligráficos curvos, a diferencia de otros alfabetos que más que nada incorporan líneas rectas que son fáciles de dibujar.

Sin embargo, la dificultad en el aprendizaje de un idioma es una pobre excusa para rechazar la adopción de algo que tiene que ver con la misma esencia espiritual. Las razones para rechazar una invitación para efectuar una conversión al Islam son de fondo. Y éstas son mis razones para haber declinado la invitación, empezando por la primera:

Para los musulmanes, Noé (lo llaman Nuh), Abraham (lo llaman Ibrahim) y Moisés (lo llaman Musa) son profetas de Dios. Pero ello no les ha impedido matar a millares de judíos con un despliegue casi inaudito e inhumano de saña y crueldad. Para los musulmanes, Jesús de Nazareth (lo llaman Isa) también es un profeta de Dios. Pero ello tampoco les ha impedido matar a millares de católicos y cristianos con un despliegue igualmente inaudito de ferocidad como el que han usado en contra de los judíos. ¿Entonces si alguien no cree al cien por ciento en todo lo que ellos creen, debe ser exterminado de la faz de la tierra como si fuese un vil gusano? ¿Significa esto que un converso al Islam está obligado a hacer lo mismo, convertirse en un asesino, si los preceptos del Islam lo ordenan bajo ciertas circunstancias?

En su locura criminal, los islamistas radicales no perdonan ni siquiera a los niños ni a las niñas, matándolos por igual. Célebre es el caso de la pequeña Malala Yousafzai:




a la cual un envalentonado seguidor de Mahoma le pegó un balazo en la cabeza solo por haber tenido el atrevimiento de querer obtener una educación para poder trabajar honestamente y ser alguien en la vida. Malala ha recibido numerosos premios y condecoraciones por el enorme valor y coraje que ha demostrado en desafiar a los islamistas fundamentalistas cuya fé ciega los ha cegado hasta volverlos más ciegos que una bacteria.

¿Qué tipo de religión es ésta mediante la cual un creyente fundamentalista que no solo es Islamista sino también un cobarde abusivo le puso sin remordimiento alguno un balazo en la cabeza a la pequeña niña paquistaní  Malala Yousafzai sólo porque esta niña quería hacer valer sus derechos y los derechos de las demás niñas paquistaníes a recibir una educación que le permita salir adelante?

En relación a los atentados terroristas que destruyeron a las Torres Gemelas de Nueva York. En esos atentados insanos, las víctimas no eran militares que estuviesen librando una guerra en contra del Islam. Eran civiles. Y entre los muertos no solo había hombres y mujeres, niños y niñas demasiado pequeños para saber lo que estaba ocurriendo. También había musulmanes. Pero nada de eso le importó a los fundamentalistas islámicos que llevaron tales carnicerías “en el nombre de Alá”. Me resisto a creer que un Ser Supremo al que se le atribuye la creación del Universo y del hombre pueda ver con buenos ojos y bendecir todas estas carnicerías insanas mediante las cuales su creación los hombres destruyen a su propia creación.

¿Qué tipo de religión es ésta cuyas enseñanzas consignadas en el Corán son utilizadas para justificar el matar indiscriminadamente no solo a soldados y oficiales del régimen o país con el cual se mantiene un estado de guerra, sino también a civiles, incluyendo mujeres y niños, algunos de tan tierna edad que no son capaces de comprender el por qué a ellos se les hace blanco de tanta saña y ferocidad?

Y aunque los islamistas afirman que su “guerra santa” es en contra de los Estados Unidos, país al que llaman “el Gran Satán”, la cruda realidad es que el terrorismo islámico no solo ha golpeado a los norteamericanos. También ha golpeado duro a otros países como Alemania, España, Inglaterra, Francia, India, la lista es amplia, esto además de países musulmanes como Iraq, Afganistán, Pakistán, Somalia, Libia, Egipto, Turquía, la lista también es amplia.

¿Qué religión es ésta cuyo mensaje es un mensaje de odio, de muerte, de suicidio, de intolerancia, de franca locura, cuyo solo nombre es sinónimo de la palabra terror en varias partes del mundo?

Es un hecho comprobado de sobra que en la actualidad los más grandes asesinos de musulmanes son los mismos musulmanes. Se matan entre sí sin misericordia ni compasión alguna. ¿Qué tipo de religión es ésta que no condena enérgicamente que al menos entre los mismos musulmanes se respeten el uno al otro sin importar las variantes que puedan tener en sus creencias?

Y quizá el peor pecado no es solo que se matan suicidánse con atentados terroristas atacándose los unos a los otros, sino que inclusive extienden sus suicidios hasta sus propios templos de oración, las mezquitas, con carnicerías bárbaras en las que no respetan a nadie ni siquiera cuando se está celebrando un servicio religioso. Esto es lo que quedó de una mezquita destruída en Iraq en la tercera semana de Abril de 2013 en un ataque terrorista que cobró las vidas de al menos siete personas más 17 heridos de gravedad, justo cuando los feligreses estaban saliendo de la mezquita al haber concluido los servicios religiosos:




Es imposible negar el día de hoy que los musulmanes se han distinguido también no solo por matarse entre sí dando rienda suelta a la saña asesina que muchos hombres esconden entre sus más bajos instintos, liberando al demonio que llevan dentro y actuando como poseídos por seres infernales del inframundo, sino también por cometer sus crímenes dentro de sus propios templos de oración, y no conformes con desecrar sus mezquitas, se hacen explotar con sus bombas dentro de las mezquitas matando no sólo a los creyentes que van a rezar a dichos templos, sino inclusive destruyendo las mismas mezquitas sin sentir el menor remordimiento por lo que hacen. Los templos de oración, sin importar de la religión de la que estemos hablando, deberían ser los lugares más sagrados, lugares que deben ser respetados y jamás profanados. Pero los terroristas suicidas destruyen las casas de Dios sin el menor respeto hacia el sacrilegio que cometen.

¿Qué religión es ésta que no condena de una manera clara y enérgica como un sacrilegio imperdonable, como una de las mayores ofensas posibles cometidas en contra del ser supremo al cual se le reza y ante el cual hay que arrodillarse en señal de humildad, el hacerle pedazos sus templos de oración, el hacerle pedazos sus casas, matando de paso o incapacitando y desfigurando de por vida a decenas de creyentes cuyo único “pecado” fue el haber ido a la mezquita para postrarse y rendir culto al Ser Supremo?

¿Qué religión es ésta cuyos seguidores, los fieles seguidores de las enseñanzas consagradas en el Corán, se sienten plenamente autorizados para cometer tales monstruosidades, en la creencia sincera de que al incurrir en tales abominaciones se les abrirán las puertas de un paraíso celestial como premio eterno por las monstruosidades que cometieron en la Tierra? Y aunque incluyen a Jesús entre sus profetas, definitivamente esto no es lo que enseñó Jesús, y de hecho es una afrenta directa al Segundo Mandamiento que dice “amarás a tu prójimo como a tí mismo”, mandamiento que Jesús hizo suyo en su paso por la Tierra dicendo a sus discípulos en su “mi paz os dejo, mi paz os doy”. No hay forma de reconciliar lo que enseñó Jesús con lo que practican los islamistas usando como justificante el Corán, imposible.

¿Qué tipo de religión es ésta que en vez de promover la paz mundial y la concordia fomenta las carnicerías más atroces que se puedan cometer, prácticamente convirtiendo las regiones del planeta en las cuales dan rienda suelta a su odio y su fundamentalismo en una versión del infierno del más allá al cual le dicen temer?

En lo que a la mujer se refiere, la religión musulmana es indudablemente la religión más represora que pueda haber sobre la faz de la Tierra, negándoles a las mujeres muchos derechos elementales de los que hoy gozan las mujeres que hoy viven que no viven bajo el yugo del Islam, tratándolas como seres de segunda categoría y considerándolas como una fuente de tentación capaz de traer consigo la perdición de los hombres. Si hoy mismo todo el planeta se convirtiera al Islam fundamentalista, las mujeres perderían de inmediato derechos tales como el derecho al voto, el derecho a ocupar cargos públicos, el derecho de buscar un trabajo honesto, el derecho a escoger al hombre con el cual quieran formar una familia en vez de ser entregadas casi niñas a vejetes que les son desconocidos en matrimonios arreglados de antemano por sus progenitores, y el derecho de obtener una educación universitaria. Serían obligadas a cubrirse de pies a cabeza, inclusive en los veranos de países cálidos con temperaturas extremadamente altas (como en el caso de Arabia Saudita) dejando asomar únicamente los ojos a través del velo, y tendrían que resignarse a decirle adiós para siempre a los últimos gritos de la moda, a los salones de belleza, a los cosméticos, a los perfumes, al maquillaje, para arroparse hasta el final de sus días dentro de una vestimenta como el hidjab:





o el chador:





o, peor aún, el nikab:





o la burka:




Y terminan siendo consideradas como meros objetos para uso y abuso de los hombres sexual de los hombres, permitiéndosele al hombre poseer al mismo tiempo no una sino varias mujeres (la palabra harén proviene del árabe) mientras que cualquier mujer a la que se le ocurra iniciar una relación con un hombre que aún no es su esposo se le tienen preparados castigos terribles que van desde los azotes y la flagelación hasta la lapidación, mismos castigos que no se aplican jamás a los musulmanes adúlteros. El Islam es, en pocas palabras, el sueño de los machistas, santificando los derechos de dominio de los macho men. Y tan es así, que a los kamikazes islamistas que se suicidan matando a otros que se rehusan a sumarse a las filas del Islam se les promete que en el más allá su suicidio será recompensado con siete hermosas vírgenes casi niñas todas ellas para que puedan estar saciando con ellas sus apetitos pederastas tratándolas como sus esclavas incondicionales.

¿Qué religión es ésta que denigra a la mujer de tal manera? ¿Y qué clase de mujeres pueden ser aquellas (como las mexicanas que de su gusto y libre voluntad se están convirtiendo al Islam) que aceptan resignadamente someterse a éste tipo de humillaciones y trato desigual?

¿Y qué religión es ésta en la que las madres voluntariamente entregan a sus propias hijas al Islam para que reciban el mismo tipo de trato que ellas, condenándolas a un sometimiento machista y una humillación perenne sin darles la opción de poder elegir libremente por ellas mismas si realmente quieren repetir en carne propia el destino que se dieron sus madres que terminaron convirtiéndose al Islam? ¿No permite entonces el Islam el libre albedrío? ¿No respeta el Islam el poder de decisión de los individuos, sobre todo tratándose de las hijas menores de edad a las cuales se les prepara desde muy temprana edad para que terminen convertidas en esclavas virtuales, muy posiblemente en matrimonios arreglados de antemano con desconocidos, a la usanza musulmana?

El principal objetivo universal de cualquier religión, además de rendir culto y adoración a una deidad (o deidades) por el don de la vida, es, o debería ser, fomentar la paz, la concordia, el entendimiento entre los hombres, la buena voluntad. En ningún momento debería de ser algo que produzca terror en el cotidiano vivir de los hombres y haga las cosas mucho más difíciles de lo que ya son. Muchos recién convertidos al Islam ignoran que uno de los más grandes pacifistas que haya tenido la humanidad, Mahatma Ghandi, el hindú que predicaba el uso de la no-violencia como medio de protesta y de cambio social, medio de protesta que fue utilizado por Martin Luther King para forzar a un país racista por excelencia a concederle derechos a todos sus ciudadanos por igual sin importar el color de su piel, terminó siendo asesinado precisamente por un musulmán. Ese solo crimen en contra de un pacifista desarmado ejemplifica lo que es el Islam, y no es necesario agregar nada más al respecto.

Los creyentes islamistas le atribuyen a un ángel, el Arcángel Gabriel, la redacción del Corán, habiendo servido Mahoma primero como escribano y después como profeta. ¿Pero qué ángel puede ser éste que en vez de traer un mensaje para unificar las religiones promueve la creación de una nueva religión que terminará dejando tras de sí una estela de enfrentamientos sangrientos y mortíferos con los seguidores de las religiones ya existentes, ocasionando decenas de millones de muertos con el paso de los siglos? ¿Realmente es ésta la voluntad de un Supremo Creador, que las criaturas de su obra se hagan pedazos entre sí causando destrucción al por mayor y de paso haciéndole  pedazos los mismos templos en los que se le rinde culto, con la promoción de distintas versiones religiosas en su nombre enfrentadas en son de guerra?

El Islam es una religión incapaz de establecer una diferencia clara entre el poder civil y el poder religioso. No es ningún secreto que en los países dominados por el Islam fundamentalista terminan estableciéndose teocracias en las cuales todas las leyes civiles están supeditadas a lo que ordena la religión, lo cual ha producido gobiernos como el que ejercieron los Talibanes en Afganistán, gobiernos sumamente represores y violadores de los derechos humanos más elementales.

¿Qué religión es ésta que no permite a los ciudadanos de un país en donde está asentada como una teocracia absolutista la libertad de poder diferir aunque sea un poco de cualquiera de los rígidos dictados del Corán, castigándose con mano de hierro a cualquiera que se atreva a transgredir aunque sea uno solo de los preceptos que fueron ordenados por Mahoma a sus seguidores?

Cuando se comete una ofensa en contra del Islam o en contra de su profeta Mahoma, se emite un decreto irrevocable que obliga a cualquier musulmán en cualquier parte del mundo a cometer un asesinato en contra de aquél que haya cometido tal ofensa. Tales decretos se llamanna fatua. Tengo el conocimiento de una fatua emitida emitida en 1989 en contra del escritor Salman Rushdie (el cual ni siquiera es árabe o musulmán, es un hindú naturalizado británico) por lo que escribió en su novela titulada Los versos satánicos, lo cual fue tomado como una ofensa en contra del profeta Mahoma por el clérigo musulmán Ruhollah Jomeini que fue el que emitió la fatua, ofreciéndose una recompensa de tres millones de dólares a cualquiera que lleve a cabo el asesinato de Salman Rushdie. La fatua emitida en contra del escritor Salman Rushdie compromete a todos los islamistas del mundo entero, incluídos los de México, a matar a Salman Rushdie si lo ven cerca de ellos.

Si la ofensa que dá lugar a una fatua es tan grave, ¿acaso no es el mismo Ser Supremo al cual se le rinde culto y adoración el que, llegada la hora, ajustará cuentas con el ofensor en cuanto lo tenga en presencia suya en el más allá? ¿Qué le hace creer a estos clérigos que la justicia que sea aplicada por ellos aquí mismo en la Tierra será superior a la Justicia que se le aplique a los ofensores de los mandatos divinos en el más allá?

¿Y por qué razón yo, en lo particular, a causa de una fatua voy a involucrarme en el asesinato de un personaje al cual ni siquiera conozco, por el solo hecho de que el asesinato fue ordenado por otro personaje al cual tampoco conozco, lo cual implicaría el tener que cargar con la responsabilidad de tal crimen ante la justicia en las cortes penales y cargar con las consecuencias, en este caso enfrentando varias décadas en prisión? Y hasta aquí he estado hablando de un solo fatua, el de Salman Rushdie. Estoy seguro de que debe de haber muchos otros fatuas decretados por muchos otros clérigos musulmanes, que también deben ser obedecidos ciegamente. ¿Por qué razón tengo que sentirme obligado a aprenderme de memoria todos los fatuas que sigan vigentes en estos momentos, con la finalidad de llevarlos a cabo sin cuestionar lo justo que pueda ser la aplicación de los mismos? En lo que a mí respecta, si algún clérigo musulmán emite una fatua ordenando un asesinato, pues entonces que el mismo clérigo musulmám lleve a cabo dicho asesinato con sus propias manos y que sea él mismo quien responda por que se le haya ocurrido ordenar. Más aún, sería muy  bueno que al menos por una sola ocasión sea uno de los clérigos musulmanes que pregonan el suicidio como arma de lucha el que cometa el suicidio. Que sean ellos quienes pongan el ejemplo a seguir en vez de estar enviando a otros a su muerte. Hasta hoy no he tenido conocimiento de un solo clérigo musulmán, ni siquiera en los países islámicos más radicales, ni siquiera entre los mismos Talibanes de Afganistán, que haya salido a poner el ejemplo matándose él mismo en un atentado suicida en contra de otros, lo que me hace sospechar que algunos de ellos no son más que unos vivales que están explotando el fanatismo de otros.

Mi renuencia en aceptar cualquier tipo de invitación para convertirme a una religión con las características descritas no significa, desde luego, que yo en lo personal vaya a considerar a los musulmanes como enemigos míos por el solo hecho de ser musulmanes, ni que tenga en mente ofenderlos en sus creencias religiosas, aunque ellos sí consideren enemigos suyos a cualquiera que no comulgue con el modo de pensar que les inculca su religión. Se les respeta, como a cualquiera que sea seguidor de cualquier otro tipo de religión, sea hinduista, sea budhista, o lo que sea. De eso trata la tolerancia religiosa, aunque muchos musulmanes como los Talibanes de Afganistán se hayan ganado a pulso su fama como los individuos más intolerantes del planeta. Así los forjó el profeta Mahoma con sus enseñanzas consignadas en el Corán, que es de donde toman sus puntos de vista, y así habrán de partir hacia otro plano en donde se puede suponer que tendrán que rendir cuentas por sus crímenes, por sus suicidios, por su intolerancia, por su saña y por su crueldad. Y esto sí será un asunto exclusivamente entre ellos y el Ser Supremo a quien dicen honrar y alabar con sus actos.

Estas razones que expongo aquí son las mismas razones que le expuse al misionero musulmán para negarme cortesmente a convertirme al Islam. Al escuchar mis razones, el musulmán simplemente agachó su cabeza y se retiró, quizá dándose cuenta de que, para poder ganar más adeptos en México, el Islam deberá renovarse deshaciéndose de todas las cosas que le han dado tan mala fama en los países occidentales. Porque los tiempos en los que los moros podían llegar con la cítara cortando cabezas al grito de ¡mueran los infieles! están ya pasados de moda, y aunque la cítara haya sido reemplazada por un paquete de cartuchos de dinamita, ese grito de guerra sigue sonando como un anacronismo que en vez de atraer seguidores debería de ahuyentarlos.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Me puede decir usted en que parte del Corán dice o enseña lo que según usted señala en estas líneas?? ¿Qué tipo de religión es ésta cuyas enseñanzas consignadas en el Corán son utilizadas para justificar el matar indiscriminadamente no solo a soldados y oficiales del régimen o país con el cual se mantiene un estado de guerra, sino también a civiles, incluyendo mujeres y niños.... Por que yo tengo un Corán, quisiera ver si usted ine bases y fundamentos para esto.
Segundo, el islam ensea AMOR PARA TODOS , ODIO PARA NADIE, pero como todo y en todo hay gente que cambia las cosas a su conveniencia ya sea para bien o para mal y ahí es donde se confunden las cosas.
Tercero: He tenido la oportunidad de conocer a muchos muslmanes, hombres y mujeres, y tienen gran respeto hacia las personas, y animales. Al estar rodeada de ellos he experimentado mucha paz y de ninguna manera son asesinos. Claro hay escepciones y habrán unos que otros malos que por condición propia tienen odio en su corazón y mente como en cualquier religión, empresa,o lo que sea. Cuarto: Yo misma he aprendido y sigo aprendiendo sobre el islam y me encantó, me he sentido mas cerca de Dios/Allah y mucha paz y pretendo cambiarme en cuanto pueda Así que si a usted, no le gustó, no le interesó el islam, tenga cuidado con lo que diga y escriba ya que al difamar usted, se aleja de Dios no está demostrando nada bueno sobre su religión sea cual sea, y está alejando a la gente que quizás esté interesada en conocer sobre el islam y se dejan llevar por comentarios sin fundamentos como el suyo. Por favor, investigue bien antes de hablar. Assalam Aleikum :)

Armando Martínez Téllez dijo...

El Islam no es la única religión que hay. Existen otras, incluyendo a los mormones, los budistas, los testigos de Jehová, los católicos, los sintoísgtas de Japón, los protestantes, los judíos ortodoxos, los bautistas, los hinduistas, los pentecostales y los adventistas del séptimo día. Y en estos momentos, los únicos que están incurriendo en atroces genocidios terroristas, decapitaciones, crucifixiones, hogueras para asar humanos en jaulas que sirven como sartén y lapidaciones, son los musulmanes, desde Iraq y Siria hasta Afganistán y Pakistán. ¿En dónde está el amor que supuestamente predica el Corán? Y esto no es nada nuevo. Uno de los más terribles genocidios cometidos a principios del siglo pasado fue el genocidio del pueblo de Armenia, llevado a cabo por el Imperio Otomano, cometido por musulmanes practicantes del Corán. ¿En dónde está el amor? Y es hecho histórico que ni siquiera los mismos eruditos del Islam refutan que Mahoma, a diferencia de predicadores pacifistas como Jesús de Nazaret y Buda que jamás tomaron las armas contra el prójimo ni promovieron la violencia, encabezó batallas y campañas militares para consolidar la implantación del Islam como única religión. Hasta la misma palabra yihad (guerra santa) proviene desde los mismos tiempos en que vivió Mahoma. O sea que desde un principio todo comenzó muy mal. Los musulmanes tienen tan distorsionados sus valores que hasta ellos mismos se matan entre sí, por esto mismo los musulmanes chiitas matan con crueldad a los musulmanes sunitas y los sunitas se desquitan de la misma manera. ¿En dónde está el amor? Lo único que tienen en común los musulmanes de todo tipo es el objetivo común de implantar en todo el planeta un único modo de vida basado en la brutal ley Sharia, y la única opción que le dan a quienes se nieguen a someterse a esta tiranía es la muerte. ¿En dónde está el amor? Y si algo han demostrado con creces los seguidores del Islam es su intolerancia y falta de respeto a los creyentes de otras religiones, y aunque exigen indignados que se les permita practicar libremente su fé y hasta predicar sus mensajes de odio e intolerancia desde las mezquitas asentadas en países occidentales, no están dispuestos a tolerar y mucho menos respetar templo religioso alguno que no forme parte del Islam. Los delirios de grandeza queriendo implantar por la fuerza en todo el globo terráqueo una sola forma de vida basada en una dictadura teocrática brutal y sanguinaria tienen sus orígenes en el nacimiento del mismo Islam. Fueron musulmanes los hace poco estuvieron destruyendo todas las joyas arqueológicas conservadas en el museo de Mosul para después continuar con la destrucción de la milenaria ciudad de Nimrod y también la ciudad ancestral de Hatra en lo que la ONU ha clasificado como un crimen de guerra, tesoros de la humanidad que databan desde hace más de tres mil años, bajo el argumento estúpido de que fomentaban la idolatría. ¿Este es el amor del Islam? Y el reciente sacrificio de Kayla Mueller muerta cuando estaba presa en manos de los mismos musulmanes que la secuestraron se antoja igualmente vil y estúpido considerando que su único pecado fue dejar la tranquilidad de su hogar para viajar hasta Medio Oriente para dar ayuda humanitaria a las víctimas de la guerra en Siria. ¿Más muestras del amor que predica el Corán? Con estas basta y sobra, no se requiere más.

Vicky Landeros dijo...

Todavía estoy conmocionada y horrorizada por el doble atentado suicida cometido al norte de Pakistán en los servicios de la Misa dominical de la Iglesia de Todos los Santos de Peshawar que dejó al menos 78 muertos y más de 100 heridos, asesinados en sus templos religiosos por terroritas musulmanes que iban armados cada uno con seis kilos de explosivos, dejando una estela de nuevos mártires del Cristianismo cuyo único "pecado" fue acudir a rezar a Dios altísimo y escuchar las palabras del Evangelio con las enseñanzas de amor y paz que nos dió N.S. Jesucristo. Estoy convencida de que el Islam es en esencia anticristiano, y puedo ver al mundo dividiéndose claramente entre las fuerzas del bien y las fuerzas del mal. No se si el Islam sea el Anticristo del que habla San Juan en las revelaciones del Apocalipsis, con el cual de acuerdo a las profecías tendrá que haber una confrontación final, la inevitable batalla decisiva del Armagedon cuyo desenlace ya está predicho en las Sagradas Escrituras, pero de que el Islam es uno de los rostros del Anticristo de eso ya no me queda la menor duda. Ahora por lo pronto lo más que puedo hacer como creyente de Jesús es rezar por el arrepentimiento y la conversión de la mayor cantidad posible de musulmanes al cristianismo, rezar porque estos seres confundidos renuncien al asesinato, al suicidio, al odio y a la crueldad, rezar porque los musulmanes renuncien a los métodos y las vías del Señor de las Tinieblas, el gran engañador, ya que de seguir así lo único que les espera a todos ellos es la condenación eterna, la condenación de sus almas a las llamas del infierno de donde no podrán salir nunca más, y no habrá 72 vírgenes esperándolos como premio a los actos terribles que están cometiendo con tanta saña en contra del género humano, crímenes en contra de la humanidad.

raul lomeli dijo...

pues yo tambien me siento igualmente horrorizado y consternado de que unos matones musulmanes hayan entrado armados a una universidad de Kenia para dar rienda suelta a la bestia infernal que llevan adentro asesinando a unos 150 estudiantes, escogiendolos para el sacrificio por ser cristianos, en una de las peores carnicerias que hayan tenido lugar en el continente africano cometida en contra de estudiantes universitarios desarmados que no tenian nada con que defenderse en contra de estos animales que matan por puro fanatismo religioso ademas del placer que les da matar cristianos. el odio islamico en contra de Cristo y el cristianismo no es algo regional, es mundial, estan obsesionados por destruir al cristianismo y matar a todos los que creen en Cristo Jesus, eso esta comprobado y mas claro que el agua. considerando la enorme peligrosidad que representan los islamistas radicales, creo que ya es tiempo de que Europa cierre sus fronteras a la inmigracion venida de paises en donde el Coran es ley y se practica el Islam, ejerciendo su derecho de protegerse y defenderse de la hidra musulmana de mil cabezas, confinando a la bestia 666 a los paises arabigos en donde nacio la peor amenaza que haya enfrentado Occidente. y sobre todo, hay que cerrarle para siempre la puerta de entrada a esos abominables clerigos musulmanes que incitan al odio y la violencia, Europa y America no necesitan para nada a estos ingratos predicadores islamistas que no traen ningun beneficio y solo causan problemas

gabriel dijo...

"Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él" (Romanos 8:9b). "Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecusión" (Timoteo 3:12). "Y aún viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios. Y harán esto porque no conocen ni al Padre ni a mí" (San Juan 16:2b,3). "Mas os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer. Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed" (San Lucas 12:4,5). "El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él" (San Juan 3:36). "Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirososos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda" (Apocalipsis 21:8). "Cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llamas de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo" (Tesalonicenses 1:7b,8). "Seis cosas aborrece Jehová,y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos" (Proverbios 6:16-19). "Mas yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella" (Mateo 16:18).

Rafael Alarcón dijo...

Mahoma vivio unos 600 años despues del tiempo en el que Jesucristo estuvo predicando en Galilea y por nosotros murio en la cruz para resucitar al tercer día. En vez de aceptar y abrazar a Jesucristo como su salvador predicando su evangelio, Mahoma repudió a Jesucristo al decidir fundar su propia religión de la cual se proclamó él mismo como profeta supremo, sacralizándose a sí mismo e imponiendo su propia voluntad y costumbrismo al obligar a los demás a adoptar sus costumbres para vivir bajo la ley Sharia. No se puede estar con Mahoma y con Jesucristo al mismo tiempo. El que está con Mahoma está contra Jesucristo, y las persecusiones musulmanas de cristianos que vemos hoy en las noticias es la confirmación de que los musulmanes al igual que el fundador del Islam repudian a Jesucristo, repudian al Hijo de Dios, y en su lugar veneran a Mahoma alabándolo como profeta pese a que el hombre (y recalco que Mahoma fue un hombre de carne y hueso) jamás profetizó nada relevante que yo sepa se haya cumplido. Y ciertamente Mahoma no murió en ninguna cruz para pagar por nuestros pecados. La rebeldía promovida por Mahoma y sus seguidores en contra de Jesucristo no es diferente a la desobediencia de Adán, al desafío eterno emprendido por el ángel rebelde en contra de Dios, y a la traición de Judas.

Mohamed Ali Baba dijo...

Harbano:

Bengo aqui con bucho amor y bucha alegrias para inbidarte a que te unas a nosotros a nuestra fe busulmana.

Y si no quieres unirte a nosotros, si no aceptas la inbitacion que se te hace con bucho amor y bucha alegrias...

¡¡¡¡MUERE BERRO INFIEL!!!

Angelica Benavides dijo...

Yo jamas, ni siquiera estando loca, me casaria con un musulman. Jamas le daria el si a un barbón seguidor de una religión sexista y machista en la que a las mujeres que incurren en una infidelidad se les castiga con la pena de muerte mediante la lapidacion, pero no hay un castigo igual para los hombres infieles y por el contrario se les permite tener varias esposas todas las cuales estan obligadas a serle fieles al mismo asqueroso y maloliente barbudo. ¡Fuchi! ¡Que asco! A mi ningun yihadista islamico apestoso me va a obligar a meterme en un costal de harina pintado de negro con solo dos orificios en la parte superior de la tela para que los ojos puedan ver. Me voy a seguir vistiendo como me de la gana aunque el mismo Mahoma se retuerza del coraje en su sepulcro. Me voy a seguir poniendo minifaldas en el trabajo y cuando salgo a pasear, y voy a seguir luciendo mis bikinis en la playa para atraer las miradas y hacer amigos o novios, y vale la pena luchar por defender esas libertades de nosotras las mujeres. Y cuando me case, mi esposo jamas sera un terrorista yihadista o un yihadista suicida dispuesto a dejar a sus hijos en la orfandad. Esos islamistas fanaticos son gente que no vale nada, y no se puede formar una familia normal con ninguno de ellos. Ni para esposos, ni para novios, ni para amigos, ni para nada. Ni regalados.

Andres Lozano dijo...

Soy padre de dos niñas muy lindas y muy simpáticas que son la alegría de mi vida, Estefanía de 12 y Angie de 13.

Hace poco quedé horrorizado cuando a través de la Web me enteré sobre la justificación que una musulmana de nombre Umm Sumayyah Al-Muhajirah dá al sexo obligado de mujeres y niñas que son tomadas a la fuerza como esclavas sexuales por violadores y pedófilos musulmanes, argumentando con razonamientos torcidos que el sexo forzado no es violación. En un artículo que aparece publicado en la revista islamista Dabiq titulado "¿Niñas esclavas o prostitutas?", Umm Sumayyah justifica el secuestro, venta, y violación de mujeres y niñas tomadas como esclavas, al asegurar que es un "profético Sunnah", un modo de vida establecido por la vida de Mahoma y las enseñanzas del Corán, que según ella "contienen sabiduría divina y beneficios religiosos". La musulmana argumenta que los reportes de abusos sufridos a manos de yihadistas musulmanes son tan solo mentiras de "esclavas desviadas y perversas" que "inventan mentiras y escriben historias falsas". Umm Sumayyah agrega que "yo y los que viven conmigo nos postramos con gratitud ante Alá el día en que la primera esclava llegó a nuestro hogar. Sí, le agradecimos al señor por dejarnos vivir el día en el que viéramos humillados a los infieles. El sexo no es un castigo, deberían estar agradecidas por la liberación que les proporcionamos". Citando pasajes selectos del Corán, Umm Sumayyah escribió que la esclavitud sólo cae sobre el pueblo que "abandona el favor de Alá" cuando este "no los necesita", y continúa sermonizando a los no-musulmanes afirmando: "¿Cómo pueden decir que tomar a una niña como esclava en esta hermosa guerra va contra los derechos humanos y que tener sexo con ella y violación? ¿Qué tienen en la cabeza? Alá ha abierto las tierras para que sus seguidores las tomen, maten a los guerreros infieles, capturen a sus mujeres y esclavicen a sus hijos".

Yo me pregunto: esta musulmana, ¿tendrá hijas propias a las que le agradará mucho que sean tomadas como esclavas sexuales por otros musulmanes para ser violadas aunque según esta musulmana el sexo forzado no es violación? ¿Pues qué clase de madre desnaturalizada puede ser ésta? ¿Y qué clase de religión puede ser una religión que proporciona argumentos como los que reproduce Umm Sumayyah para justificar estas abominaciones? Supongo que un musulmán cuya madre fue tratada en casa como una esclava sexual verá con naturalidad y hasta con agrado que sus propias hijas terminen igual. Si el paraíso al que fue enviado Mahoma para pasar allí la eternidad es un paraíso repleto de asesinos, pederastas, suicidas, violadores y terroristas, ya puedo imaginar de qué clase de paraíso se trata.

Indagando un poco más en Internet, me enteré de un enviado especial de la ONU, Zainab Bangura, que entrevistó a docenas de víctimas de abuso sexual en Siria, y descubrió que el Estado Islámico utiliza violencia sexual sistemática como una táctica terrorista para esparcir el miedo describiendo cómo los yihadistas desnudan a sus víctimas y las dividen en categorías antes de venderlas en "bazares de esclavas" y enviarlas a otras provincias. Creo que esto es lo que ha estado sucediendo con los cientos de niñas que los musulmanes del grupo musulmán africano Boko Haram.

En lo que a mí respecta, yo no estoy dispuesto a permitir jamás que ninguna de mis dos princesitas pueda llegar a caer en manos de ninguno de estos miserables dementes. Y en lo que toca a la mil veces maldita bruja musulmana que justifica el sexo forzado de niñas y jovencitas, que haga con sus propias hijas lo que le dé la gana, recordándole tan solo que en esta vida todo se paga, y el destino se encargará de pasarle la factura y cobrarle con creces a esta mujer y a la casta infernal de demonios a la que pertenece todas las maldades que están cometiendo invocando para ello como justificante de sus abominaciones el nombre del Altísimo. Y todo esto se lo debemos a Mahoma.